Fotografía de paisaje: consejos para mejorar tus imágenes

La fotografía de paisaje es un segmento de la fotografía que se centra en captar la belleza natural del mundo que nos rodea. Etimológicamente, el término “paisaje” se refiere a lo que vemos de la tierra. Por ello, fotografiar paisajes abre un sinfín de posibilidades: desde imponentes montañas a vastas llanuras, desde verdes colinas ondulantes a las tranquilas aguas de lagos centelleantes, los paisajes ofrecen el lienzo perfecto para expresar el esplendor de la naturaleza.

Las estaciones y los cambios climáticos también aportan una infinita variedad de posibilidades, ya que modifican la naturaleza de formas espectaculares. Desde la frescura del invierno hasta el brillo de la primavera, cada estación ofrece una paleta de colores única. Captar estas variaciones a través del objetivo de una cámara es el trabajo del fotógrafo de paisajes.

Seleccionar el equipo adecuado para fotografiar paisajes

La elección del equipo es un paso esencial para cualquier fotógrafo. Más aún cuando se trata de fotografía al aire libre, porque una vez preparada la mochila, no hay vuelta atrás. En cuanto al equipo que necesita un fotógrafo de paisajes, los hay:

La cámara: la cámara digital es, por supuesto, lo más importante para el fotógrafo de paisajes. Tanto si se trata de una réflex como de un híbrido sin espejo, no hay mucha diferencia, ya que ambos modelos son capaces de capturar la diversidad de los paisajes. Sin embargo, es mejor elegir el modelo con el sensor más grande, es decir, el de mayor rango dinámico. De hecho, un gran rango dinámico significa que el sensor de la cámara puede capturar tanto la luz alta como la baja. Se trata de una función muy útil para los fotógrafos de paisajes, ya que les permite gestionar muy bien el contraste.

© Karine Bizard

Objetivos: los fotógrafos de paisajes utilizan dos tipos principales de objetivos en su trabajo. Los primeros son los objetivos “gran angular” o “ultra gran angular”. Estos objetivos se utilizan para fotos que requieren un ángulo de visión muy amplio porque captan la mayor parte del fondo. Son ideales para captar la inmensidad de las vistas panorámicas. En segundo lugar están los teleobjetivos. Se trata de objetivos de gran zoom que permiten afinar el enfoque y captar a la perfección los detalles de un paisaje. La combinación de estos dos tipos de objetivos abre nuevas perspectivas al fotógrafo de paisajes.

El trípode: para fijar la cámara. Un trípode estable es esencial para obtener tomas nítidas, especialmente con exposiciones largas. De hecho, el uso de un trípode permite disparar a una velocidad de obturación más lenta. Esto compensa la falta de luz y te permite hacer fotos cuando está oscuro. Para los principiantes, un trípode de gama media es suficiente. Sin embargo, es mejor evitar los trípodes de plástico, que son más ligeros y menos caros, pero también menos estables y menos resistentes.

Filtros ópticos: los filtros pueden utilizarse para controlar la luz y resaltar detalles en una fotografía. Una vez más, los fotógrafos de paisajes suelen utilizar dos tipos de filtros. Los filtros polarizadores reducen los reflejos y añaden contraste a la imagen. Muy útil para fotografiar cielos azules o agua, por ejemplo. También existen filtros ND graduados, abreviatura de “filtros de densidad neutra graduados”. Estos filtros están diseñados para equilibrar el brillo de la escena, especialmente cuando el cielo es más brillante que el resto del paisaje. Por ejemplo, cuando hay un gran contraste entre el cielo brillante y el suelo más oscuro, el filtro ND graduado ayuda a equilibrar la exposición, evitando la sobreexposición del cielo y conservando los detalles del suelo.

En cualquier caso, elegir un equipo resistente a la intemperie es ideal para fotografiar en exteriores.

© Enola Surel

Utilizar la luz natural y artificial

La combinación de luz natural y artificial puede ser una gran ayuda para captar la belleza de los paisajes. Cuando se trata de luz natural, los momentos más interesantes para la fotografía, especialmente la de paisajes, suelen ser el amanecer y el atardecer. Es el momento ideal del día, cuando los rayos del sol están bajos y proporcionan una luz suave. Esta luz resalta las texturas del entorno natural, creando sombras sutiles. Es ideal para la composición de paisajes. También por eso la fotografía de paisaje requiere paciencia. Hay que tomarse el tiempo necesario para observar la escena y ver cómo evoluciona la luz antes de capturar el momento perfecto.

Para los más impacientes, el uso de iluminación artificial también puede ser una solución adecuada cuando la luz natural es insuficiente. En condiciones de poca luz, o para iluminar determinadas zonas en sombra, el uso del flash o de iluminación auxiliar puede equilibrar la exposición sin distorsionar la escena. Estas fuentes de luz también pueden utilizarse para resaltar elementos específicos del paisaje, simplemente dirigiendo la mirada hacia ellos.

Aunque muy útil en algunos casos, la iluminación artificial debe utilizarse con moderación. El objetivo de la iluminación es complementar la luz natural de forma sutil, no sustituirla por completo, ya que el fotógrafo debe mantener la autenticidad de la escena.

Para conseguir imágenes de calidad y dominar el arte de utilizar tanto la luz natural como la artificial, los fotógrafos de paisajes no tienen más remedio que experimentar sobre el terreno. Equilibrar la iluminación combinando distintos tipos de fuentes de luz requiere paciencia, rigor y mucho trabajo. Una vez dominadas, estas tomas pueden producir resultados únicos e impactantes.

© Anzhe Wang

Postprocesado para paisajes llenos de vida

El postprocesado es un paso crucial en la fotografía de paisajes. El postprocesamiento es una forma de arte, conocida como postproducción artística. La posproducción artística puede transformar las fotografías de paisajes en auténticas obras de arte. Con programas de retoque como Lightroom o Photoshop, puedes ajustar contrastes, colores y detalles para perfeccionar tu visión artística sin alterar la realidad de los paisajes que has capturado. En este sentido, la posproducción es una poderosa herramienta para refinar y magnificar la esencia misma de los paisajes. Las normas básicas son las mismas que para cualquier tipo de fotografía.

El punto de partida es importar las fotos a un programa de postproducción. A continuación, clasifícalas para seleccionar las mejores tomas. En la fotografía de paisajes, el retoque se centra principalmente en el contraste y la luminosidad. Los ajustes básicos del software de postprocesado permiten corregir los problemas de exposición ajustando el brillo, el contraste, las sombras y los niveles de iluminación. Esto hace que las luces sean más brillantes y las sombras más profundas, añadiendo profundidad a la imagen.

La gestión del color es igualmente importante. Se pueden utilizar herramientas informáticas para ajustar la saturación y la intensidad para intensificar o suavizar los colores. Estos ajustes, como los realizados en el cielo o en los elementos del primer plano, crean una atmósfera específica en función del renderizado deseado.

Por último, es importante prestar especial atención a la corrección de la composición de las imágenes de paisajes. Recorta la imagen para mejorar la composición eliminando cualquier distracción, pero también para ajustar el horizonte si es necesario para conseguir una línea recta y equilibrada.

Aplicando estas técnicas de posprocesamiento, podemos añadir viveza, contraste y una estética visualmente atractiva a los paisajes, preservando al mismo tiempo la autenticidad y la belleza natural de la escena captada.

© Bertrand Multrier

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