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Cómo fotografiar de noche

La fotografía nocturna es una disciplina fotográfica menos conocida y a menudo infrautilizada. Y por una buena razón: la luz es la base del lenguaje fotográfico, así que ¿qué hacer cuando falta? Esta es la paradoja de la fotografía nocturna. Sin embargo, hay muchas escenas que fotografiar antes o después del amanecer.

La noche ofrece un escenario único para la fotografía: desde las resplandecientes luces de la ciudad hasta las misteriosas sombras del campo y el cielo estrellado, hay multitud de temas a disposición de los fotógrafos que practican la captura de la oscuridad.

La fotografía nocturna se encuentra en la intersección de muchas disciplinas fotográficas. Al anochecer, la fotografía urbana, arquitectónica y callejera adquiere una nueva dimensión. Si el cielo está despejado, también puede probar suerte con la fotografía astronómica. Captar esta atmósfera a través del objetivo de una cámara es el trabajo del fotógrafo nocturno.

© Anton Reyes – Spéos

Técnicas de exposición nocturna para resultados sorprendentes

La principal característica de la fotografía nocturna es la limitada cantidad de luz natural disponible. Este es un punto crucial que echa para atrás a muchos fotógrafos, pero con la ayuda de unas pocas técnicas de exposición, es totalmente posible capturar el resplandor nocturno.

Para captar plenamente la magia de la noche, hay que tener en cuenta tres parámetros: La sensibilidad ISO, la apertura del diafragma y el tiempo de exposición (velocidad de obturación). Estos son los tres parámetros principales que controlan la exposición de una imagen. La relación entre estos tres parámetros es lo que comúnmente se denomina en fotografía el “triángulo de exposición”.

© Florian Poitout – Spéos

Sensibilidad ISO: La sensibilidad ISO mide la capacidad del sensor de la cámara para captar la luz. Aumentar el valor ISO permite al sensor captar más luz en menos tiempo: ¡una buena forma de compensar la falta de luz!
Sin embargo, ten cuidado, ya que los valores ISO más altos sin duda harán que la imagen sea más brillante, pero también pueden introducir ruido (grano) en la foto. En fotografía, el término “ruido” se refiere a la presencia de píxeles no deseados, que dan un aspecto granulado a una imagen. Puede afectar a la calidad general de la imagen al reducir la nitidez y la claridad.
Para evitar este problema, es mejor no utilizar la sensibilidad ISO automática, ya que a veces puede seleccionar valores demasiado altos. Es mejor utilizar el modo manual, comenzando con una sensibilidad ISO baja (100-400) y aumentando gradualmente la sensibilidad según sea necesario.

Diafragma: también conocido como f-stop, el diafragma es el ajuste que controla la cantidad de luz que entra en la cámara.
Es importante comprender los entresijos de esta configuración al iniciarse en la fotografía nocturna. El término “f-stop” es un número que representa la relación entre la distancia focal del objetivo y el diámetro de la abertura. Un número f-stop más pequeño (por ejemplo, f/1,4) indica una apertura más amplia, lo que permite que llegue más luz al sensor de la cámara. Por el contrario, un número f-stop más alto (por ejemplo, f/16) representa una apertura menor, que permite el paso de menos luz. En fotografía nocturna, generalmente utilizamos una apertura máxima entre (f/1,4, f/2,8) para permitir que llegue más luz al sensor.
Lo mejor es experimentar con distintos valores de apertura para encontrar el equilibrio adecuado entre la cantidad de luz necesaria y la profundidad de campo deseada.

Velocidad de obturación: en fotografía nocturna, elegirás una velocidad de obturación de entre 1 segundo y varios segundos, en función de la luz ambiental y del efecto que quieras conseguir. Una velocidad de obturación más lenta permite que llegue más luz al sensor. De nuevo, utilizar una velocidad de obturación lenta tiene un efecto directo en la imagen. Una exposición más lenta aumenta el riesgo de desenfoque por movimiento, ya sea debido al temblor de las manos o a cambios en la posición del sujeto. Por lo tanto, este parámetro debe tenerse en cuenta antes de aumentar el tiempo de exposición. El desenfoque de movimiento puede considerarse un defecto estético de la fotografía, pero también puede utilizarse de forma creativa para captar rayas de luz, como semáforos o estrellas. Esto puede crear resultados muy artísticos y añadir una atmósfera especial a la fotografía nocturna.
Estos sutiles ajustes pueden producir resultados sorprendentes que enfatizan el brillo nocturno en condiciones de poca luz.

© Anton Reyes – Spéos

Iluminación urbana y natural en fotografía nocturna

Una vez que domines el triángulo de exposición, sabrás cómo compensar la falta de luz, pero para conseguir fotos nocturnas de calidad, también tienes que fijarte en la composición. Y para ello se necesita iluminación. De hecho, el objetivo de la fotografía nocturna es encontrar fuentes de luz.

Explorar los barrios urbanos revela muchas fuentes de luz artificial. Las ventanas iluminadas, los letreros de neón y las farolas son fuentes de luz. El trabajo del fotógrafo nocturno consiste en jugar con las luces urbanas para crear reflejos, sombras y juegos de luz que añadan profundidad a estas fotografías.

Por ejemplo, pueden optar por fotografiar sujetos específicamente iluminados por fuentes artificiales. De este modo se resalta el motivo en el contexto de la luz natural que lo rodea. También pueden trabajar con los efectos de las estelas de luz creadas por el movimiento de coches, personas u otras fuentes luminosas en movimiento. Esto añade dinamismo a la composición. Jugar con la iluminación urbana crea composiciones visualmente ricas y evocadoras.

Por otro lado, el fotógrafo nocturno también puede aprovechar la luz natural disponible. La luna, las estrellas y el crepúsculo crean un suave y envolvente resplandor natural que puede utilizarse para iluminar sutilmente los sujetos. El mejor momento para hacerlo es durante las llamadas horas azules. Justo después o antes de la puesta de sol, la suave luz de estas horas azules crea un suave resplandor que combina bien con la iluminación urbana.
La combinación de luz artificial y natural permite a los fotógrafos nocturnos captar las escenas más complejas y visualmente interesantes.

© Manu Gim – Spéos

Postprocesado específico de la fotografía nocturna

Una vez que domines el triángulo de exposición y hayas explorado la iluminación urbana, es hora de sublimarlo todo con el postprocesado adecuado, para realzar aún más la atmósfera mística de la noche.

El postprocesado en fotografía nocturna requiere un enfoque delicado para obtener lo mejor de cada imagen. Implica el ajuste sutil de diversos parámetros para lograr el efecto visual deseado, preservando al mismo tiempo la atmósfera nocturna captada en el momento del rodaje.

Como ya se ha mencionado, la fotografía nocturna suele utilizar ajustes ISO altos para compensar la falta de luz. Esto puede provocar ruido digital, que puede reducirse con software de postprocesamiento.

Lo mismo ocurre con el contraste y el brillo. Ajustando los niveles de contraste y brillo, puedes realzar los detalles en las sombras sin afectar a las zonas brillantes, añadiendo así profundidad a las imágenes.

La fotografía nocturna suele tener una atmósfera especial, con un juego de luces y sombras que crea escenas misteriosas, dramáticas o simplemente cautivadoras. El postprocesado permite ajustar la exposición e intensificar los tonos nocturnos, para sublimar la atmósfera mística de la noche.
También se pueden añadir efectos creativos, jugando con el desenfoque, las texturas o tonos concretos para que el resultado de la toma sea aún más impactante. Ya sea en la ciudad bajo las luces urbanas o en lugares remotos bajo un cielo estrellado, la noche ofrece perspectivas únicas que revelan una dimensión diferente y cautivadora del mundo que nos rodea durante el día. La fotografía nocturna ofrece un espacio artístico rico y diverso, que permite a los fotógrafos explorar su creatividad a la vez que superan los retos técnicos asociados a la poca luz.

Mediante la combinación de técnicas de exposición nocturna, el hábil uso de la iluminación urbana y natural y la aplicación de posprocesamientos específicos, la oscuridad se convierte en un terreno de juego para la creación de imágenes tan deslumbrantes como originales.

© Anton Reyes – Spéos

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Spéos ofrece una gama de cursos de formación desde sencillos cursos de fotografía de una semana (introductorios y avanzados) hasta cursos de 1, 2 o 3 años. Cursos de formación de larga duración para convertirse en fotógrafo profesional no sólo le permitirán dominar todas las técnicas y el vocabulario fotográficos (desenfoque, hiperenfoque, zona de nitidez, profundidad de campo, contraluz, distancia focal, disparador, enfoque automático, gran angular, regla de los tercios, etc.), sino también todas las fases del disparo y el tratamiento de imágenes.

Visitar la escuela permite descubrir los locales, los estudios y el equipamiento. Además de las jornadas de puertas abiertas, Spéos ofrece visitas concertadas durante todo el año, para que pueda descubrir la escuela en compañía de un miembro del equipo.

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